"El Aparecido"

Viviamos en una casa normal bastante grande, pero de esas construcciones que son alargadas para atras, primeramente la sala grande y espaciosa, seguido una habitacion y detras otra, a continuacion el amplio bano, le seguian otras dos habitaciones y al final, la cocina, que era la parte mas ancha de la casa, pues de la sala al resto de las habitaciones habia un pequeno pasillo que al final se unia en la cocina, a un costado el patio, entre habitaciones no habian puertas de madera para cerrarlas, sino en todas cortinas de telas a colores, asi, las unicas puertas que tenia nuestra casa, eran la de la entrada al comienzo de la sala y la del fondo, en la cocina que daba para el patio.
En cada habitacion por supuesto habian escaparates de madera, donde guardabamos nuestra ropa y nuestras cosas, amen de la susodicha cama.
Pues bien esta historia que les cuento, es una historia real que me sucedio cuando apenas tendria 7 u 8 anos de edad.
Estabamos mi hermana y yo sentadas cada una en un sillon en la sala de la casa, y mi hermanito menor dormia placidamente en el primer cuarto, mientras nuestros padres trabajaban hasta tarde en la noche, pues eran duenos de un comercio o bodega y hasta que no cerraban, no regresaban.
Mi hermana miraba insistentemente para el cuarto donde dormia mi hermanito, y me di cuenta que algo no andaba bien, pues ella estaba como ida del mundo, mi hermana que tu miras...? le pregunte una y otra vez, y ella callaba, no me respondia, yo volvia a preguntarle pues ella no quitaba la vista del cuarto, estaba como petrificada, al no responderme las tantas veces que le pregunte, me pare de mi sillon y fui a sentarme al lado de ella a mirar hacia el cuarto para ver que cosa era lo que la tenia a ella en ese estado, que no la dejaba quitar la vista de alli, cuando mire, casi me da un infarto, pues al lado de la cama donde dormia mi hermanito, habia un senor completamente vestido de blanco, que aparentemente lo miraba o lo cuidaba, yo era muy nina para saber que cosa hacia aquel senor delante de la cama de mi hermanito, pero automaticamente comence a dar gritos, al momento, la casa se lleno de nuestros vecinos, unos corrieron en busca de mis padres, pues la bodega estaba muy cerca de la casa, otros prendieron todas las luces de la casa registrandola de pie a cabeza, debajo de las camas, en los escaparates, en fin en cada rincon, no encontrando absolutamente nada, la puerta de la cocina estaba hermeticamente cerrada con un leno de madera (llamado tranca en Cuba) que se usan de un lado al otro del marco de la puerta como medida de seguridad, o sea, si habia un hombre dentro de la casa, por donde entro y donde se metio.
Cuando llegaron mis padres mi hermana y yo estabamos aterrorizadas llorando desconsoladamente por la aparicion que habiamos visto y desde aquella noche mi mama dejo de trabajar con mi papa para cuidarnos a nosotros, en su lugar pusieron a otra persona.
A partir de esa noche, dormi toda mi vida tapada de la cabeza a los pies, cosa que no he logrado dejar de hacer nunca en la vida, ni en verano, ni en invierno.

Autora: Esther Maria Verdecia Batista