jueves, 28 de octubre de 2010

"La Luna tuvo la culpa"

Habia salido de excursion ese dia con un amigo, el me habia invitado a un paseo al campo en su reluciente moto, como era domingo y no tenia nada que hacer como todos los domingos, que los dedicaba a ir de paseo con mis amigas o amigos a alguna fiestecita, al cine o simplemente a sentarnos en el parque a conversar o hacer chistes y cuentos, eso, a los que los padres le permitian salir de paseo, porque no a todos nos autorizaban..., al menos yo tenia la suerte, de que..., cada vez que pedia permiso, mis padres me lo concedian, era buena estudiante y buena hija, no tenian quejas de mi y merecia mis saliditas de vez en cuando.
El campo a donde ibamos estaba lejos de la ciudad, visitariamos unos amigos suyos que lo esperaban con un lechon asado y cervezas, no me tuvo que invitar dos veces, yo acepte desde el primer momento que me invito.
Paso por mi despues de almuerzo, pues el lechon asado era por la tarde, me monte en la moto agarrandome fuertemente a su cintura, la cual rodee con mis brazos y partimos veloz..., a mi amigo le gustaba correr y a mi me gustaba que lo hiciera, sentia un placer infinito cuando el aceleraba la moto, la adrenalina se me subia a la cabeza y me hacia flotar en el aire.
Llegamos mas temprano de lo que creiamos, nos pusimos a ayudar a asar el lechon en pua, era comiquisimo el vaiven del puerco dando vueltas y dorandose poco a poco, entre col y col, nos bebiamos una cerveza, el tiempo transcurrio hablando del campo, de la tierra, del tiempo, de las amistades, haciendo cuentos y chistes, riendonos, bebiendo y comiendo, cuando vimos la hora que era, ya era tarde y debiamos regresar a la casa, pues ya era de noche.
Era una noche hermosa, esplendorosa, con una luna redonda como el sol, tan grande y potente era su luz, que brillaba en el firmamento como si del cielo colgara una gigantesca lampara, que iluminaba toda la tierra, mas que de noche parecia que era de dia, tan claro se veia todo, que realmente no se necesita nada mas para alumbrar.
Al regreso debiamos pasar cerca de un hermoso rio, tupido por espesa maleza y en cuya orilla habian inmensidad de piedrecitas o guijarros, el rio se veia maravilloso y Guillermo que se asi se llamaba mi amigo me dijo:- nos bajamos, si le dije, automaticamente nos bajamos de la moto, el la parqueo a orillas del mismo y, nos pusimos a contemplar la belleza subyugante de la hermosa luna que se reflejaba en las aguas del rio como si nos estuviera insitando a penetrar en ellas, la atraccion fue fatal, nos miramos a la vez, y a la vez dijimos, nos banamos...?, jajajaja nos reimos por la ocurrencia de haber pensado los dos lo mismo, no traiamos ropa de bano, asi que el se quito su ropa dejando al descubierto su atletico cuerpo desnudo y sexy. yo me quite la mia, quedando en ropa interior, los dos nos lanzamos al agua como peces, nadamos un ratico y salimos a la orilla, el embrujo de la luna tuvo la culpa, no resistimos la tentacion de nuestra desnudez, lanzandonos el uno en brazos del otro, comenzamos a besarnos apasionadamente, el de un tiron me quito mis ropas interiores a lo que no me resisti, besandome por todo el cuerpo y yo respondiendo a sus caricias con las mias, hasta que no aguantando mas nuestros cuerpos se fundieron en uno solo, solamente se oia el rumor de nuestros gemidos enloquecidos de placer y de lujuria, la luna alla en el firmamento reia dulcemente... sabiendose complice de su travesura, porque habia sido testigo de un acto unico de amor y entrega, ella tuvo la culpa, porque con su belleza nos embrujo el corazon, no pudiendo resistir la tentacion.
A partir de aquel dia, en que la complice Luna realizo el hechizo entre nuestros dos corazones y logro fundirnos en un solo cuerpo, hicimos un pacto de amor y nos prometimos que cada vez que hubiera luna llena como la de aquella noche, Guillermo pasaria por mi casa a recogerme y dariamos un salto hacia el hermoso paraje y rio donde aquella noche nos habiamos fundido en un solo ser, asi las cosas cada vez que aquella hechizera del firmamento salia llena de misterio, y su luz en la tierra lo enardecia todo llenando de lujuria a todos los enamorados, nosotros nos montabamos en la moto y partiamos hacia nuestro destino senalado de antemano quizas por la existencia de los dioses que asi lo habian querido, no hubo una sola vez de aquellas hermosas visitas a aquel fantastico lugar, que nuestras predicciones no se cumplieran, no mas llegabamos alli y era como si nuestras almas estuvieran encantadas, que automaticamente nos quitabamos todo lo que nos estorbaba, nos lanzabamos al agua, nadabamos un poco, saliamos a la orilla y nuestros cuerpos al compas de la luna complice siempre de nuestro amor ardiente, explotaba en caricias, besos, hasta que ya ninguno de los dos podia aguantar y nos fundiamos en un solo cuerpo, gimiendo de placer, de amor, extasiados con la gran suerte que un dia habiamos tenido de encontrarnos en forma tan romantica en aquel lugar bendecido por nosotros aquel dia, en que sus amigos nos habian invitado a aquel convite.
Pero como les conte anteriormente, la felicidad nunca es completa y asi estuvimos cerca de 2 anos, romanceando al compas de la luna, pero un dia, en que quizas Guillermo quiso probar suerte con otra, haciendo el mismo recorrido con otra amiga, el exceso de velocidad lo hizo estrellarse contra un camion que venia contrario a el en una curva, y la muchacha se mato al instante, el llego vivo al hospital pero muy grave, a mi los amigos me fueron a buscar a la casa y llegue al hospital 10 minutos antes que falleciera, solamente me pudo decir "perdoname" fueron sus unicas palabras y fallecio al momento.
Autora: Esther Maria Verdecia Batista

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